Principales
dioses
Los
griegos creían que los dioses habían elegido el monte Olimpo, en una región de
Grecia llamada Tesalia, como su residencia. En el Olimpo, los dioses formaban
una sociedad organizada en términos de autoridad y poderes, se movían con total
libertad y formaban tres grupos que controlaban sendos poderes: el cielo o
firmamento, el mar y la tierra.
Los
doce dioses principales, habitualmente llamados Olímpicos, eran Zeus, Hera,
Hefesto, Atenea, Apolo, Artemisa, Ares, Afrodita, Hestia, Hermes, Deméter y
Poseidón.
Zeus es el dios
del cielo, en la mitología griega, es el dios máximo del Olimpo. Gobierna
estableciendo orden, la justicia y el destino del Universo.
Homero dice que fue en Ida, y era el
hijo menor del titán Cronos y de la titánida Rea y hermano de las divinidades
Poseidón, Hades, Hestia, Deméter y Hera.
De acuerdo con uno de los mitos
antiguos sobre el nacimiento de Zeus, Cronos, temiendo ser destronado por uno
de sus hijos, los devoraba cuando nacían y según la tradición, su madre Rea
envolvió una piedra con pañales para engañar a Cronos y ocultó al dios niño en
Creta, confiándolo a las ninfas y a los habitantes de la región, a los que
pidió que bailasen ruidosas danzas guerreras con el fin de que la criatura
divina no delatase con sus gritos su existencia ante su padre Cronos, que
estaba deseoso de devorarlo, como había hecho con sus hermanos. Amaltea fue su
nodriza que lo amamantó con su leche y también fue alimentado con con miel que
destilaron las abejas del monte Ida.
Cuando Zeus se hizo adulto, Metis
(Prudencia), le proporcionó una planta que hizo vomitar a Cronos todos los
hijos que se había tragado, que estaban deseosos de vengarse de su padre.
Durante la guerra que sobrevino, los titanes lucharon del lado de Cronos, pero
Zeus y los demás dioses lograron la victoria y los titanes fueron enviados a
los abismos del Tártaro. A partir de ese momento, Zeus gobernó el cielo, y sus
hermanos Poseidón y Hades recibieron el poder sobre el mar y el submundo,
respectivamente. Los tres gobernaron en común la tierra.
Cuando no está en el Olimpo,
estableciendo orden entre los dioses o decidiendo asuntos referentes a los
mortales, es posible encontrar a Zeus en algún lugar de la Tierra. También
desciende del Olimpo cuando desde lo alto divisa alguna doncella que le agrada
demasiado, ya que Zeus es muy propenso a tener romances, tanto con diosas o
ninfas, como con mortales, pero siempre tiene especial cuidado en ocultárselo a
su esposa Hera (aunque no siempre tiene éxito en esta empresa, de vez en cuando
la diosa se entera de las infidelidades de su esposo).
En épocas de sequía puede provocar la
lluvia retorciendo la lana de una oveja; lanza el rayo y el relámpago y sobre
todo, mantiene el orden, el equilibrio y la justicia en el mundo. Es implacable
cuando se encarga de velar por el mantenimiento de los juramentos y por el
respeto de los deberes para con los huéspedes, quienes siempre deberán ser bien
recibidos. Garantiza a los dioses que se mantenga el poder real, la realización
de tributos y sacrificios por parte de los mortales y el estricto cumplimiento
de la jerarquía social.
Casado con su hermana Hera, es padre
de Ares, dios de la guerra; de Hebe, diosa de la juventud; de Hefesto, dios del
fuego, y de Ilitía, diosa del parto. Al mismo tiempo, se describen las
aventuras amorosas de Zeus, sin distinción de sexo (Ganímedes), y los recursos
de que se sirve para ocultarlas a su esposa Hera.
En la mitología antigua son numerosas
sus metamorfosis en diversos animales para sorprender a sus enemigos y tuvo
numerosas relaciones con diosas y mujeres mortales, de quienes ha obtenido
descendencia. Algunas de sus relaciones amorosas fueron con: la ninfa Calisto,
la semidiosa Antíope, la sacerdotisa Io, con Semele, Dánae hija del rey de
Argos, la bella , Alcamena, Leda, Elara, Carme, Día, Electra, Europa. Sus
amoríos con mortales se explican a veces por el deseo de los antiguos griegos
de vanagloriarse de su linaje divino.
En la escultura, se representa a Zeus
como una figura barbada y de apariencia regia. La más famosa de todas fue la
colosal estatua de marfil y oro, del escultor Fidias, que se encontraba en
Olimpia. Sus principales templos estaban en Dódona, en el Epiro, la tierra de
los robles y del templo más antiguo, famoso por su oráculo, y en Olimpia, donde
se celebraban los juegos olímpicos en su honor cada cuatro años. Los juegos de
Nemea, al noroeste de Argos, también estaban dedicados a Zeus. Zeus corresponde
al dios romano Júpiter.
Hera es en la
mitología griega, reina de los dioses, hija de los titanes Cronos y Rea,
hermana y mujer del dios Zeus. Para Zeus no fue muy fácil convencer a Hera del
matrimonio, por lo que usó diversas estrategias, hasta que camuflado de pájaro
desvalido pudo llegar al corazón de su amada y conquistarla. Zeus adoptó su
forma natural y volvió a pedirle matrimonio a Hera. La diosa sintió entonces
que se casaría para dar el ejemplo y continuar con el rol de Madre de los
Cielos, tal como lo habían hecho Rea y Gea con Cronos y Urano.
Hera era la diosa del matrimonio y la
protectora de las mujeres casadas, pues era la esposa legítima de Zeus, esto la
convertía naturalmente en la protectora de las mujeres casadas. Se la
representaba como celosa, violenta y vengativa Era muy común que frecuentemente
se enfrentara a Zeus, porque las infidelidades de su esposo significaban para
ella verdaderos insultos. Por eso persiguió con ira tanto a las amantes de
Zeus, como a la descendencia extramatrimonial del dios. Hera mantuvo siempre
ulla de su marido y nunca se sintió en inferioridad de condiciones ya que
siempre tuvo presente que ella pertenecía a la misma generación divina que
Zeus, por lo tanto tenía el mismo rango jerárquico.
Era madre de Ares, dios de la guerra,
de Hefesto, dios del fuego, de Hebe, diosa de la juventud, y de Ilitía, diosa
del alumbramiento. Mujer celosa, Hera perseguía a menudo a las amantes y a los
hijos de Zeus. Nunca olvidó una injuria y se la conocía por su naturaleza
vengativa. Cierta vez armó un complot para castigar una infidelidad de su
marido, pero la nereida Tetis, que estaba muy agradecida por haber concertado
su matrimonio con Peleo y además era muy prudente y sospechaba que este acto
desencadenaria una guerra civil, recurrió al gigante de cien manos llamado
Egeón, que libró a Zeus de las cadenas.
Entonces Zeus furioso desató su ira
contra Hera y la suspendió entre el cielo y la tierra, amarrando cada una de
sus manos a una anilla de oro y atándole un yunque en cada pie. Luego hizo
jurar a cada uno de los Olímpicos que nunca más osarían levantarse en su
contra.
El único que protestó fue Hefesto,
que al ver a su madre castigada de ese modo se quejó, pero Zeus no tenía
paciencia para soportar recriminaciones de ningún tipo y menos cuando se
trataba de un complot en su contra, entonces le profirió un puntapié tan fuerte
que lo arrojó hasta la tierra desde el Olimpo y tras el golpes Hefesto quedó
rengo para toda la eternidad. Hera finalmente fue perdonada y regresó al
Olimpo, a cumplir su rol de protectora de la familia.
Irritada con el príncipe troyano
Paris por haber preferido a Afrodita, diosa del amor, antes que a ella, Hera
ayudó a los griegos en la guerra de Troya y no se apaciguó hasta que Troya
quedó destruida. Se suele identificar a Hera con la diosa romana Juno.
Hefesto, en la
mitología griega, dios del fuego y de la metalurgia, hijo del dios Zeus y de la
diosa Hera o, en algunos relatos, sólo hijo de Hera. A diferencia de los demás
dioses, Hefesto era cojo y desgarbado. Poco después de nacer lo echaron del
Olimpo: según algunas leyendas, lo echó la misma Hera, quien lo rechazaba por
su deformidad; según otras, fue Zeus, porque Hefesto se había aliado con Hera
contra él. En la mayoría de las leyendas, sin embargo, volvió a ser honrado en
el Olimpo y se casó con Afrodita, diosa del amor, o con Áglae, una de las tres
gracias. Era el artesano de los dioses y les fabricaba armaduras, armas y
joyas. Se creía que su taller estaba bajo el monte Etna, volcán siciliano. A
menudo se identifica a Hefesto con el dios romano del fuego, Vulcano. La Fragua
de Vulcano es el cuadro en el que Velázquez da su visión sobre los dioses
transformándolos en campesinos o artesanos humanos.
Ártemis
o Artemisa (mitología), en la mitología griega, una de las principales
diosas, equivalente de la diosa romana Diana. Era hija del dios Zeus y de Leto
y hermana gemela del dios Apolo. Era la rectora de los dioses y diosas de la
caza y de los animales salvajes, especialmente los osos, Ártemis era también la
diosa del parto, de la naturaleza y de las cosechas. Como diosa de la luna, se
la identificaba a veces con la diosa Selene y con Hécate.
Aunque tradicionalmente amiga y
protectora de la juventud, especialmente de las muchachas, Ártemis impidió que
los griegos zarparan de Troya durante la guerra de Troya mientras no le
ofrecieran el sacrificio de una doncella. Según algunos relatos, justo antes
del sacrificio ella rescató a la víctima, Ifigenia. Como Apolo, Ártemis iba
armada con arco y flechas, armas con que a menudo castigaba a los mortales que
la ofendían. En otras leyendas, es alabada por proporcionar una muerte dulce y
plácida a las muchachas jóvenes que mueren durante el parto.
Apolo (mitología),
en la mitología griega, hijo del dios Zeus y de Leto, hija de un titán. Era
también llamado Délico, de Delos, la isla de su nacimiento, y Pitio, por haber
matado a Pitón, la legendaria serpiente que guardaba un santuario en las
montañas del Parnaso. En la leyenda homérica, Apolo era sobre todo el dios de
la profecía. Su oráculo más importante estaba en Delfos, el sitio de su
victoria sobre Pitón. Solía otorgar el don de la profecía a aquellos mortales a
los que amaba, como a la princesa troyana Casandra.
Apolo era un músico dotado, que
deleitaba a los dioses tocando la lira. Era también un arquero diestro y un
atleta veloz, acreditado por haber sido el primer vencedor en los juegos olímpicos.
Su hermana gemela, Ártemis, era la guardiana de las muchachas, mientras que
Apolo protegía de modo especial a los muchachos. También era el dios de la
agricultura y de la ganadería, de la luz y de la verdad, y enseñó a los humanos
el arte de la medicina.
Algunos relatos
pintan a Apolo como despiadado y cruel. Según la Iliada de Homero,
Apolo respondió a las oraciones del sacerdote Crises para obtener la liberación
de su hija del general griego Agamenón arrojando flechas ardientes y cargadas
de pestilencia en el ejército griego. También raptó y violó a la joven princesa
ateniense Creusa, a quien abandonó junto con el hijo nacido de su unión. Tal
vez a causa de su belleza física, Apolo era representado en la iconografía art
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